Moraego


En el tiempo histórico, los montañeses de Sulawesi Central han realizado danzas circulares y canciones de acompañamiento (en Uma raego ) en todos los principales rituales precoloniales. [1] Las danzas y cantos de Moraego se realizaban para convocar y comunicarse con sus deidades precristianas. Eran procedimientos rituales, entre otras cosas, para aumentar la agricultura y la fertilidad humana de las familias serranas. Con el paso del tiempo muchas danzas se han convertido en danzas profanas. [2]

Los primeros misioneros y eruditos europeos que trabajaron en la zona debatieron entre ellos a finales del siglo XIX y principios del XX si las danzas y los cantos tenían un componente religioso o eran un mero entretenimiento profano. Los misioneros, así como las autoridades holandesas, buscaron reducir las actuaciones del moraego por diversas razones. [2] Para las autoridades el problema era que los bailes y rituales tomaban tiempo de hacer un "trabajo real". [2] En los bailes había un estrecho contacto físico entre hombres y mujeres y esto era algo a lo que se oponían los misioneros europeos. [3]Las mujeres casadas no bailaban el ´raego, aunque ellas y sus hijos eran público de estos actos públicos. Pero las esposas participaron en la elección e invitación de las parejas de baile de sus maridos.

De finales del siglo XIX existen varias descripciones de las danzas y rituales del Moraego, especialmente del Palu Toradja , el Koro Toradja, así como el Poso Toradja. También se conocen bailes similares del distrito de Mori en el este de Sulawesi central y del llamado Saadang Toradja en la parte suroeste de Sulawesi central.

En 1897, Adriani y Kruyt presenciaron un raego en Kulawi en su viaje por Sulawesi Central. [4] El capitán Boonstra van Heerdt, un holandés, registra el raego de Kulawi, Lindu y otros lugares. [5]

No todas las canciones del ´raego estaban orientadas a actividades de cortejo. Más bien, al igual que otras formas de habla ritual en el este de Indonesia, las canciones servían más generalmente como elementos performativos de los rituales religiosos y como palabras sagradas que tenían efectos vinculantes en las relaciones entre humanos y deidades. Por ejemplo, algunos tipos incluían cantos de trance que estaban destinados a sanar y curar enfermedades. [3]

Mientras que los niños estaban confinados para curarse y alimentarse solo con papilla de arroz después de los ritos de la pubertad, los adultos celebraban en las afueras del templo cantando y bailando moraego todas las noches. Se sacrificaba un animal por cada niña y por cada tres a cinco niños. [3]


El círculo exterior en una danza moraego en 1918, Kulawi, Sulawesi. Foto de Walter Kaudern.
El círculo exterior en una danza moraego en 1918, Kulawi, Sulawesi. Foto de Walter Kaudern .