Las OSA a menudo se caracterizan por una tasa de interés más alta o tarifas más bajas, en comparación con las cuentas de ahorro tradicionales. Muchas de estas cuentas de alto rendimiento no tienen saldo mínimo. Los titulares de cuentas pueden vincular sus OSA a sus cuentas bancarias externas existentes para facilitar la transferencia de fondos entre varias cuentas. Algunos también ofrecen tarjetas de cajero automático para que los clientes puedan acceder directamente a los fondos en sus OSA.
Es posible que algunos bancos que ofrecen OSA no tengan sucursales bancarias y un cliente puede depositar fondos en su cuenta mediante transferencia ACH, envío de un cheque por correo o depósito directo. Para retirar dinero, los clientes pueden iniciar una transferencia ACH a otra cuenta o, en ocasiones, solicitar un cheque del banco por el monto deseado.
Las OSA, combinadas con el aumento de las tasas de interés , han hecho que el efectivo sea una opción de inversión cada vez más atractiva. Brindan una opción de riesgo relativamente bajo para los inversores que buscan un lugar para estacionar su dinero, especialmente en tiempos económicos inciertos. La inflación , la estanflación , los temores de recesión y la volatilidad del mercado de valores se encuentran entre los indicadores económicos que han animado a cada vez más inversores a considerar el efectivo como una forma de equilibrar sus carteras. De hecho, más de 8,5 millones de clientes se inscribieron en OSA con los principales bancos estadounidenses solo en 2005, y algunos expertos de la industria estimaron que el tamaño del mercado de cuentas de ahorro en línea se triplicaría, de $ 250 mil millones a $ 400 mil millones para 2010. [1] [2]