El mayor reclamo de Oskar Rieding a la fama radica en su contribución a la música húngara y, en particular, a la vida musical de Budapest. Asistió primero a la Academia de Artes Musicales de Berlín, recientemente fundada, y luego al Conservatorio de Leipzig. A finales de la década de 1860 se trasladó a Viena, pero en 1871 el director Hans Richter, entonces director musical de la Ópera Nacional de Pest, nombró concertino a Rieding. Allí permaneció treinta y dos años, durante los cuales compuso algunos conciertos para violín y muchas piezas para violín y piano. Muchas de estas piezas son apropiadas para estudiantes de violín de nivel intermedio, y todavía hoy son estudiadas e interpretadas por estudiantes de violín. Tras su jubilación en 1904, residió en Celje, continuando su actividad como profesor, compositor e intérprete, hasta su muerte en 1916.