El último viaje de Robert Rylands


El último viaje de Robert Rylands ( español : El último viaje de Robert Rylands ) es una película hispano-británica dirigida por Gracia Querejeta que se estrenó el 18 de octubre de 1996. Fue el segundo largometraje del director. Su guión es una adaptación libre de la novela Todas las almas  [ es ] de Javier Marías , [1] que el novelista repudió. [2] La controversia posterior terminó con una demanda, que resultó en una indemnización al escritor y una orden para retirar su nombre de los créditos de la película. [3]

Robert Rylands, un seductor arqueólogo y profesor universitario de 60 años, se presenta voluntariamente a declarar en la comisaría. Su historia al diputado, que dura toda la noche, comienza con la llegada a Oxford de Juan Noguera, un joven profesor que va a impartir un curso de literatura española en la universidad. Juan se hospeda en casa de su colega y amigo Alfred Cromer, quien vive con su hermana y su pequeña hija.

Juan pronto percibe que el reciente regreso de Robert Rylands a la ciudad, tras una ausencia de diez años, inquieta a la familia. Intenta investigar la causa, pero tanto Alfred como Jill se niegan a revelar el secreto entre ellos. Mientras tanto, Alfred se enferma y le diagnostican un cáncer terminal. Rylands intenta contactar repetidamente a Alfred, pero él se niega a verlo.

Poco a poco Juan y Jill comienzan a enamorarse. Al final Juan descubre la causa del resentimiento contra Robert Rylands. Robert y Alfred eran amantes, y Jill se interpuso acostándose con Robert un día. Jill quedó embarazada de su hija, y cuando Alfred se enteró, la relación entre los dos hombres se rompió, y entonces Robert se embarcó en uno de sus viajes de exploración sin fecha de regreso.

Alfred sale del hospital en silla de ruedas y, poco después, Juan colabora en un complot para conocer a Robert. Luego de reconciliados los reproches del reencuentro, Robert le dice que quiere que vivan juntos por el tiempo que le queda, pero Alfred le dice que si realmente lo ama, tiene que ayudarlo a morir con dignidad . Robert finalmente acepta, y después de dispararle con su vieja arma, va a la comisaría a confesar.