Esfaceloma araquidis


Sphaceloma arachidis es un hongo patógeno que produce esporas asexuales conocidas como conidios y microconidios. Ambas esporas se almacenan en acérvulos, que son cuerpos fructíferos asexuales que tienen forma de almohadilla o estera y se forman debajo del tejido epidérmico del huésped. [1] Para sobrevivir, las esporas hibernan en desechos infectados y las esporas sobrevivientes sirven como fuente de inóculo para la próxima temporada de crecimiento. Una segunda fuente de inóculo también se propaga durante la temporada de crecimiento, lo que la convierte en una enfermedad policíclica. Como muchos otros patógenos fúngicos, el método común de diseminación es a través del viento. [2]

La enfermedad causada por Sphaceloma arachidis se conoce comúnmente como Peanut Scab o Groundnut Scab. Como se ve por el nombre, afecta a Arachis hypogaea o cacahuetes. [3] Los cacahuetes se cultivan en zonas cálidas, lo que determina dónde se encuentra normalmente esta enfermedad. [4] Ha creado dificultades en países como Brasil y Argentina que son grandes exportadores de maní. Estados Unidos y África también son grandes exportadores del cultivo. [2] [3] [5]

Uno de los primeros síntomas que se observan son lesiones o costras en las hojas. A medida que avanza la enfermedad, la necrosis y la hiperplasia comienzan a afectar a la planta. Los síntomas continúan propagándose desde las hojas hasta los pecíolos y el tallo. [3] Es típico que una enfermedad de la roña cause "lesiones crustáceas en frutos, tubérculos, hojas o tallos" y que afecte a toda la planta. [6]

Los métodos de control para la sarna del maní también son típicos para otros hongos. La forma de manejo más exitosa es la resistencia, ya sea total o parcial. [3] Como con cualquier enfermedad, la diversidad en el huésped y evitar los monocultivos también puede reducir la presencia de la enfermedad. [7] Otra forma de manejo incluye los esfuerzos de saneamiento de mover los desechos infectados en los que sobrevive el patógeno para que no haya inóculo presente cuando se plantan nuevas semillas. El inóculo presente en el momento de la siembra puede aumentar la gravedad de la enfermedad. [2] También se usan fungicidas, pero se recomiendan con otras prácticas de manejo para que sean más efectivos. [3]