Resolución 1067 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas


Resolución 1067 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas , adoptada el 26 de julio de 1996, tras tomar nota de diversas declaraciones y resoluciones del Presidente del Consejo de Seguridad y de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) lamentando el derribo de dos aeronaves civiles por parte de la Fuerza Aérea de Cuba el 24 de febrero. 1996, el Consejo instó a Cuba a cumplir con las obligaciones internacionales relacionadas con la aviación, en particular el Convenio sobre Aviación Civil Internacional . [1]

China y Rusia se abstuvieron de votar la Resolución 1067, que fue aprobada por los otros 13 miembros del consejo. [2] China y Rusia creían que la resolución señalaba a Cuba en el incidente para su condena, y en su lugar deberían haber emitido un llamado que instara a los estados a abstenerse de derribar aviones civiles así como a prevenir el uso indebido de la aviación civil. [1]

El Consejo de Seguridad recordó la soberanía que todos los países tenían en el espacio aéreo sobre su territorio y aguas territoriales . A este respecto, todos los países debían respetar los principios, reglas y normas del Convenio sobre Aviación Civil Internacional (Convenio de Chicago), incluidas las relativas a la interceptación y no utilización de armas contra aeronaves civiles.

La resolución señaló que el derribo de los dos aviones, que formaban parte de la organización Hermanos al Rescate de los exiliados cubanos, violaba el principio de que no se utilizarían armas contra aeronaves civiles en vuelo y que, al interceptar tales aeronaves, la vida de las personas a bordo no debe ponerse en peligro. Cuba había argumentado que los vuelos eran actos de provocación en su espacio aéreo. [3] Se expresó el pésame a las familias de las cuatro personas fallecidas como consecuencia de la interceptación, que fue condenada por el consejo. [4] Todas las partes fueron llamadas a respetar la aviación civil internacional. leyes y procedimientos, mientras que al mismo tiempo reafirma el derecho de los estados a usar las medidas apropiadas contra el uso de aeronaves para propósitos contrarios a los del Convenio de Chicago.

Se instó a todos los estados que aún no habían ratificado el Convenio de Chicago a que lo hicieran, mientras que se acogió con satisfacción la decisión de la OACI de investigar las normas y prácticas para evitar un incidente similar en el futuro.