Ureterostomía


El procedimiento se realiza para desviar el flujo de orina lejos de la vejiga cuando la vejiga no funciona o se ha extraído. Las indicaciones incluyen cáncer de vejiga, lesión de la médula espinal, mal funcionamiento de la vejiga y defectos congénitos como la espina bífida.

Hay dos tipos básicos de urostomías. El primero presenta la creación de un pasaje llamado "conducto ileal". En este procedimiento, los uréteres se separan de la vejiga y se unen a un tramo corto del intestino delgado (íleon). El otro tipo de urostomía es la ureterostomía cutánea. Con esta técnica, el cirujano separa los uréteres de la vejiga y lleva uno o ambos a la superficie del abdomen. El agujero creado en el abdomen se llama estoma, una protuberancia abdominal húmeda y rojiza. El conducto ileal no es doloroso; no tiene sensación. El estoma de la ureterostomía conserva la sensibilidad. Dado que no tiene músculos para regular la micción, la orina se acumula en una bolsa.

Los pacientes con ureterostomía pueden someterse a las siguientes pruebas y procedimientos como parte de su evaluación diagnóstica:

La calidad, el carácter y la longitud utilizable de los uréteres generalmente se evalúan mediante cualquiera de las siguientes pruebas:

Pielograma intravenoso (PIV). Una prueba de diagnóstico especial que sigue el curso temporal de la excreción de un medio de contraste a través de los riñones, los uréteres y la vejiga después de que se inyecta en una vena. Pielograma retrógrado (RPG). estudio de rayos X del riñón, centrándose en la región de recogida de orina del riñón y los uréteres. Nefrostograma anterógrado. Tomografía computarizada. Técnica de imágenes especial que utiliza una computadora para recopilar múltiples imágenes de rayos X en una imagen de sección transversal bidimensional. Resonancia magnética con gadolinio intravenoso. Una técnica especial que se utiliza para obtener imágenes de las estructuras internas del cuerpo, en particular los tejidos blandos. Una imagen de resonancia magnética a menudo es superior a una imagen de rayos X de rutina. La evaluación previa a la cirugía también incluye una evaluación de la estabilidad general del paciente. La cirugía puede durar de dos a seis horas, dependiendo de la salud de los uréteres,y la experiencia del cirujano.

Después de la cirugía, el estado de los uréteres se controla mediante pruebas de PIV, que se repiten en el posoperatorio a los seis meses, un año y luego una vez al año.