Confesiones de un babuino adolescente


Chris Boyd, a los quince años, es hijo único. La historia se cuenta desde el punto de vista de Chris como el hijo de Helen, su madre que trabaja como enfermera práctica interna. Su padre dejó a la familia (al decir que iba a salir a comprar un periódico) cuando Chris era un niño pequeño, se mudó a México y luego murió allí poco tiempo después.

Helen y Chris se mudan a la residencia Dipardi para la asignación más reciente de Helen, cuidar de Carmelita Dipardi, la madre de Lloyd Dipardi. Chris describe a Lloyd como "unos treinta años con músculos suficientes para golpear a cualquiera en un radio de diez millas". También está "Pops", el padre de Lloyd, que parece sufrir demencia . Lloyd ha contratado a Helen para que cuide de su madre.

Chris se ha aferrado a una reliquia del pasado, una gabardina Chesterfield que una vez perteneció a su padre y en la que espera convertirse algún día. Helen tiene sus propios problemas, como hacer que Chris orine en una botella de leche en asignaciones en las que no tienen su propio baño privado. Helen también toma artículos para el hogar y otros bienes de los clientes para su propio uso, a menudo sin preguntar, y esto pronto se manifiesta en una de las muchas confrontaciones entre el bebedor y fiestero Lloyd y el más introvertido Chris.

Chris también se hace amigo de Harold, un chico de su misma edad con un físico similar al de Lloyd. Harold sirve como un amortiguador entre la relación bastante tensa entre Chris y Lloyd. Harold comprende las inseguridades de Chris como compañero, pero también defiende a Lloyd, ya que Lloyd lo ha ayudado a desarrollar su propio cuerpo y convertirse en la imagen de la salud en la que más tarde se convirtió, así como su confianza.

En el transcurso de la tarea, Chris y Lloyd comienzan a aprender el uno del otro, y Lloyd ayuda a Chris a desarrollar un régimen de ejercicios e incluso lo ayuda a tener la confianza suficiente para romper la botella de leche y enfrentarse a su madre. La misión termina con la muerte de Carmelita, y Chris y Helen siguen adelante. Luego, mientras está en un autobús, Chris se entera de que Helen ha dejado intencionalmente la gabardina de su padre. Chris inmediatamente sale corriendo del autobús y regresa a la casa de Dipardi para recuperarlo, creyendo que Lloyd lo ha destrozado para Helen literalmente limpiándolos.

Lo que Chris encuentra no es nada de lo que esperaba. Simpatiza con la tristeza de Lloyd por la pérdida de su madre. Asimismo, Lloyd simpatiza con Chris, consciente de su difícil vida hogareña. No obstante, ambos comparten un vínculo común ... una relación difícil con sus madres, que sin importar los desafíos que existan, siempre apreciarán.