La contabilidad ambiental es un subconjunto de la contabilidad propiamente dicha, cuyo objetivo es incorporar información tanto económica como ambiental. Puede llevarse a cabo a nivel corporativo o a nivel de una economía nacional a través del Sistema de Contabilidad Ambiental y Económica Integrada , un sistema satélite de las Cuentas Nacionales de los Países [1] (entre otras cosas, las Cuentas Nacionales producen las estimaciones de producto interno bruto, también conocido como PIB).
La contabilidad ambiental es un campo que identifica el uso de recursos, mide y comunica los costos del impacto económico nacional o de una empresa en el medio ambiente. Los costos incluyen costos de limpieza o remediación de sitios contaminados, multas ambientales, multas e impuestos, compra de tecnologías de prevención de la contaminación y costos de gestión de desechos.
Un sistema de contabilidad ambiental consta de contabilidad ambientalmente diferenciada convencional y contabilidad ecológica. La contabilidad ambientalmente diferenciada mide los efectos del entorno natural en una empresa en términos monetarios . La contabilidad ecológica mide la influencia que una empresa tiene sobre el medio ambiente, pero en medidas físicas.
Hay varias ventajas que la contabilidad ambiental aporta a los negocios; en particular, los costos completos, incluida la remediación ambiental y las consecuencias y externalidades ambientales a largo plazo, pueden cuantificarse y abordarse.
Más información sobre el sistema estadístico de cuentas ambientales está disponible aquí: Sistema de Contabilidad Ambiental y Económica Integrada .
La contabilidad ambiental está organizada en tres subdisciplinas: contabilidad ambiental global, nacional y corporativa, respectivamente. La contabilidad ambiental corporativa se puede subdividir en contabilidad de gestión ambiental y contabilidad financiera ambiental.