Félix Benjamín Caignet Salomón , conocido como Félix B. Caignet , (31 de marzo de 1892 - 25 de mayo de 1976) fue un locutor, locutor, poeta, novelista, periodista, crítico de teatro, cantante y compositor musical cubano . Es conocido como pionero de la radiodifusión en Cuba y como uno de los creadores de telenovelas latinoamericanas .
Era conocido por su habilidad para hacer llorar a las audiencias de radio. Escribió a propósito para hacer llorar a la gente, ya que se dio cuenta de que "muchos nacieron con dolor y miseria tatuados en el alma y tenían tanto dolor y amargura en sus vidas que nunca lloraron por sí mismos".
Caignet creía que el público “asumía los sentimientos de uno u otro personaje que sufría y, sin darse cuenta, asociaba su propio dolor con el de la figura ficticia y lloraba con él”. [1] Los dramas radiofónicos de Félix B. Caignet se transmitieron a través de América Central y del Sur y llevaron a la popularidad a historias de la realidad social y al estilo narrativo de “hablar en metáforas ”.
Félix Benjamín Caignet Salomón nació en una plantación de café en Santa Rita de Burene , San Luis , en la región oriental de Cuba . La pobreza obligó a la familia a trasladarse a Santiago de Cuba . Allí, Félix se expone a los narradores itinerantes que hacen de la calle su hogar y se interesa por la escritura, primero con poemas sentimentales. A los 20 años se convirtió en periodista y comenzó a colaborar en la revista cultural Teatro Alegre.
El diario El Diario de Cuba lo contrató en 1918 y en dos años tuvo su propia columna teatral, “Vida teatral” con la firma de Salomón. Hacia 1920 también colaboraba en revistas y periódicos como El Fígaro, Bohemia y El Sol bajo una serie de firmas. Los periodistas de la época a menudo se protegían de las represalias, oficiales o no oficiales, mediante el uso de seudónimos . Caignet se firmó en varias ocasiones como Doña To Masa (Sra. All Dough), Miss T. Riosa (Miss T. Rious) y AL Khan Ford (Sr. Cam Phor), entre muchos otros.
Publicó un cuento infantil en 1925 titulado “Las aventuras de Chilín y Bebita en el país azul”. Continuó escribiendo cuentos para niños y, a principios de la década de 1930, los transmitió por radio en el primer programa radial infantil de Cuba, “Buenas tardes, muchachitos”, en la emisora CMKC del Grupo Catalán. Algunas de las historias fueron inventadas al aire.