Perdónanos nuestras deudas ( italiano : Rimetti a noi i nostri debiti ) es una película dramática italiana de 2018 sobre un hombre que lucha bajo el peso aplastante de la deuda que tiene que trabajar como cobrador de deudas para pagar a sus acreedores. La película fue estrenada el 4 de mayo de 2018 por Netflix . [4]
Un hombre recién desempleado que lucha bajo el peso de la deuda comienza a trabajar como cobrador de deudas. [5] Aunque tiene la intención de pagar a sus acreedores, pronto descubre que el trato es inesperadamente costoso. [6]
Guido vive solo en un apartamento decrépito en los suburbios de Roma. Su único amigo es su vecino, un excéntrico profesor universitario que divaga sobre política mientras juega al billar. Recientemente despedido de su puesto de técnico después de que la empresa de TI para la que trabaja se declarara en bancarrota, Guido encuentra un trabajo manual como operador de montacargas de almacén, pero es despedido de inmediato por su ineptitud. Pasa sus días bebiendo en el bar local y alberga un afecto tácito por la camarera, una inmigrante albanesa llamada Rina.
Una noche, Guido es golpeado por un matón a sueldo por deber dinero a sus acreedores. Profundamente endeudado y con cuatro meses de atraso en el alquiler, Guido acude a la compañía de crédito y pide trabajar para ellos sin goce de sueldo como forma de saldar sus deudas. A regañadientes, el gerente lo une a Franco, un agente sénior del departamento de recuperación de deudas de la empresa.
Franco toma a Guido bajo su protección y le muestra cómo acosar a los deudores para que paguen sus préstamos. Impresiona a Guido con exhibiciones ostentosas de dinero, como ofrecer una generosa propina a una camarera en un restaurante de autoservicio para romper las reglas y llevarles algo de comida. También demuestra el poder que tiene sobre los morosos , condonando sus préstamos a cambio de bienes muebles de valor sentimental.
Ahora, con algunos medios, la confianza en sí mismo de Guido se renueva. Frecuenta bares de clase alta con Franco y se venga de su antiguo jefe en su almacén. A pesar de esto, Guido tiene dudas sobre la moralidad de su trabajo, como la noche en que Franco lo animó a golpear a un deudor de la misma manera que lo habían atacado antes.