Ihr Kinderlein, kommet


La letra fue escrita por el sacerdote y escritor católico Christoph von Schmid en 1798. Su poema " Die Kinder bei der Krippe " (Los niños en el pesebre) tenía originalmente ocho versos y se publicó por primera vez en 1811. Schmid luego lo incluyó en su colección de 1818 Blüten dem blühenden Alter gewidmet (Flores dedicadas a la edad de la floración). Junto con otros poemas de esta colección, Franz Xaver Luft le puso música en 1837.

La música del poema como se conoce hoy fue escrita por el compositor Johann Abraham Peter Schulz en 1794 como una canción secular llamada " Wie reizend, wie wonnig " (Qué encantador, qué agradable). Alrededor de 1832, esta melodía se publicó por primera vez con el poema de Schmid en una colección Sechzig deutsche Lieder für dreißig Pfennig (Sesenta canciones alemanas por treinta centavos) de Friedrich Eickhoff (1807-1886). Esta colección fue posteriormente impresa en grandes cantidades por el recién fundado (1835) C. Bertelsmann Verlag .

¡Ihr Kinderlein, kommet, o kommet doch todos!
Zur Krippe su kommet en Bethlehems Stall
und seht, estaba en dieser hochheiligen Nacht
der Vater im Himmel für Freude uns macht!

O seht in der Krippe im nächtlichen Stall,
seht hier bei des Lichtleins hell glänzendem Strahl
den reinliche Windeln, das himmlische Kind,
viel schöner und holder als Engel es sind!

Da liegt es, das Kindlein, auf Heu und auf Stroh,
Maria und Josef betrachten es froh.
Die redlichen Hirten knien betend davor,
hoch oben schwebt jubelnd der Engelein Chor.

¡Oh, beugt wie die Hirten anbetend die Knie,
erhebet die Hände und danket wie sie!
Stimmt freudig, ihr Kinder, wer wollt sich nicht freun,
Stimmt freudig zum Jubel der Engel mit ein!

O betet: Du liebes, du göttliches Kind,
was leidest du alles für unsere Sünd!
Ach hier in der Krippe schon Armut und Not,
am Kreuze dort gar noch den bitteren Tod.

So nimm unsre Herzen zum Opfer denn hin;
wir geben sie gerne mit fröhlichem Sinn.
Ach mache sie heilig und selig wie Deins
und mach sie auf ewig mit Deinem nur eins.

Oh, venid, hijitos, oh, venid, todos y cada uno,
al establo de Belén, en el establo de Belén.
Y mira con regocijo esta gloriosa vista:
Nuestro Padre que estás en los cielos nos envió esta noche.

Oh, mira en el pesebre, en la luz sagrada
. Una estrella arroja su rayo sobre esta vista más sagrada.
En pañales limpios yace el Niño celestial,
Más hermoso que los ángeles, este Bebé tan dulce.

Oh, ahí yace el Niño Jesús, sobre heno y paja;
Los pastores se arrodillan ante Él con asombro.
Y María y José le sonríen con amor,
mientras los ángeles cantan dulces cánticos desde arriba.

Traducido por Melanie Schulte (1885-1922)