Gobierno de los Cien Días


El Gobierno de los Cien Días ( español : Gobierno de los Cien Días ) es el nombre que normalmente se usa en Cuba para referirse al gobierno cubano de Ramón Grau que duró desde el 4 de septiembre de 1933 hasta el 15 de enero de 1934.

Previamente a este período, hubo numerosas actividades de presión política pública que culminaron con una huelga general como reacción a la demagogia y represión del gobierno de Gerardo Machado que terminó con su derrocamiento.

Tras la Revuelta de los Sargentos el 4 de septiembre de 1933, se configuró un gobierno militar de facto formado por sargentos, cabos y otros soldados no oficiales y ayudado por activistas estudiantiles en el Directorio Estudiantil Universitario . Después de un breve período de gobierno colegiado llamado Pentarquía de 1933 formado por cinco funcionarios que duró sólo cinco días, el 10 de septiembre se formó un nuevo gobierno con Ramón Grau elegido como presidente a petición de los estudiantes universitarios. El nuevo gobierno heterogéneo incorporó tres facciones políticas: Antonio Guiteras representaba a la izquierda revolucionaria, Fulgencio Batista era el jefe de la derecha tradicionalista, y Ramón Grau era el puente entre ambos y representante del ala reformista nacional.

El nuevo gobierno promovió importantes medidas democráticas para el pueblo cubano, que Grau y Batista interpretarían como impuestas por Guiteras. Batista desempeñó el papel autoproclamado de Coronel en Jefe de todas las Fuerzas Armadas de Cuba, y en repetidas ocasiones estuvo en desacuerdo con las decisiones de Guiteras, muchas de las cuales iban en contra de la oligarquía y el imperialismo cubanos, y como tales afectaban los intereses de muchas empresas estadounidenses.

Se tomaron diversas medidas, como la constitución de la Secretaría como Ministerio del Trabajo, el establecimiento de un salario mínimo, la jornada laboral de 8 horas, el decomiso de los bienes de Gerardo Machado y sus colaboradores, el saneamiento de las instituciones del Estado, la nacionalización del trabajo y asegurar que la mitad de los trabajos fueran realizados por los nacidos en Cuba, recortes de precios para las necesidades cotidianas, rebajas en las tarifas eléctricas, autonomía en las universidades, y la intervención de la Empresa Cubana de Electricidad (que era una filial de la empresa estadounidense Electric Bond & Share ), realizada personalmente por Guiteras como Secretario de Gobernación y Guerra a través del Decreto 172.

Estas medidas no se implementaron en su totalidad debido a la breve duración del gobierno. Los reformistas fueron aceptados por la administración por primera vez en Cuba, lo que hizo posible que Guiteras llevara a cabo su lucha por el bienestar general de la sociedad cubana de manera más directa que antes.