Costra de nuez
La costra de la nuez es la enfermedad económicamente más significativa de los árboles de nuez ( Carya illinoinensis ) en el sureste de los Estados Unidos. [1] Venturia effusa es un hongo patógeno vegetal que causa la costra de la nuez . El hongo causa lesiones y muerte del tejido en ramitas de nuez, pecíolos, hojas, nueces y cáscaras a partir de principios de la primavera, con múltiples ciclos de infección que se repiten hasta finales del verano. El viento y la lluvia propagan el hongo a un huésped susceptible. El control de la enfermedad se logra mediante fungicidas, saneamiento y, en algunos casos, cuarentena. [2]
Desde su primera descripción en 1882, el hongo de la costra de la nuez se ha reclasificado diez veces, [3] con otros nombres como Fusicladium caryigenum , Cladosporium effusum y Cladosporium caryigenum comúnmente asociados con el hongo. [4]
Venturia effusa tiene un rango de hospedadores estrecho, y su hospedante de mayor importancia económica es la nuez, Carya illinoinensis . El patógeno también puede infectar a otros árboles de los géneros Carya y Juglans (nogal). [5] Los síntomas comunes de la enfermedad de la costra de la nuez incluyen lesiones de color marrón claro a negro en tallos, hojas, cáscaras y nueces. [1] [6] Las lesiones circulares visibles comienzan a desarrollarse de 7 a 14 días después de la infección y aparecen por primera vez en el tejido joven como manchas de color verde oliva que se vuelven negras a medida que envejecen. [1] Las lesiones más antiguas pueden agrietarse y caerse de la lámina de la hoja creando un efecto de agujero de bala. [4]Las lesiones varían en diámetro desde un punto hasta aproximadamente un cuarto de pulgada y ocurren con mayor frecuencia a lo largo de las venas de las hojas. [1] Numerosas lesiones pueden fusionarse en áreas muertas más grandes en el tejido infectado y pueden causar la pérdida temprana de hojas. Las lesiones en las nueces pueden parecer hundidas y distorsionar la morfología de las nueces. También pueden hacer que las nueces se arruguen o caigan prematuramente. Las lesiones son anfígenas, lo que significa que crecen a ambos lados de las hojas. [7]
Venturia effusa pasa el invierno en restos de plantas, como cáscaras, pecíolos de hojas y tallos, así como en lesiones en el árbol de la temporada anterior. Sobrevive como estromas, una capa apretada de material fúngico que vive dentro de los tejidos. En la primavera, las hifas en los estromas germinan para producir conidióforos solitarios o débilmente fasciculados que producen conidios (esporas asexuales) en cadenas simples o ramificadas. [5] Los conidios son similares a los dientes y tienen paredes no engrosadas. [7] Los conidios son transportados por el viento y el agua a un huésped susceptible, pero no pueden germinar e infectar sin varias horas de tiempo húmedo sostenido. Las tormentas de lluvia de la tarde y las condiciones de humedad durante la noche proporcionan las condiciones ideales para la germinación. [1]Los conidios germinan y forman tubos germinativos que ingresan al hospedador a través de los estomas o de la cutícula, antes de formar un micelio intramatrico que se mueve a través de la planta y establece la nueva infección. [5] Estos micelios dan lugar a más conidióforos y conidios, lo que permite muchos ciclos de infección en cada temporada.
Venturia effusa comúnmente se reproduce asexualmente a través de conidios, pero también puede producir una etapa de teleomorfo como otros Dothideomycetes en la cual pseudotecios portadores de ascos y ascosporas sexuales crecen a partir de las hifas. Esto permite la reproducción sexual y la recombinación genética del patógeno. [4] La etapa teleomorfo, sin embargo, es muy rara y falta literatura sobre sus características.
La gravedad de la infección depende en parte del momento de la inoculación. Un estudio de Gottwald y Bertrand en 1982 encontró que los árboles inoculados después de finales de junio, cuando el endocarpio (cáscara) comienza a formarse, sufrieron mucho menos daño en las nueces que los inoculados en mayo o principios de junio durante el cuajado de las nueces. Los árboles de la última categoría experimentaron la mayor gravedad de la enfermedad a mitad de temporada (mediados de julio a agosto), aproximadamente 1,5 a 2 meses después de la inoculación. [8]
