Schallinger era un hombre de negocios judío austríaco que era copropietario de los hoteles Imperial y Bristol en Viena, Austria, que hoy en día todavía se encuentran entre los hoteles más grandes de la ciudad de Viena. [1]
En 1938, los hoteles se arianizaron y se vio obligado a vender sus acciones. Él y su familia fueron deportados al campo de concentración de Theresienstadt cerca de Praga, Checoslovaquia, donde todos murieron en 1942. [2] [3]
Los detalles de la propiedad confiscada a Schallinger y otros judíos austriacos bajo los nazis, y los nombres de los famosos beneficiarios que se los llevaron y nunca los devolvieron, se describen en el libro Unser Wien (Nuestra Viena) de Stephan Templ y Tina Walzer. [4]