Una formación geológica , o formación , es un cuerpo de roca que tiene un conjunto consistente de características físicas ( litología ) que lo distingue de los cuerpos de roca adyacentes, y que ocupa una posición particular en las capas de roca expuestas en una región geográfica (el estratigráfico columna ). Es la unidad fundamental de la litoestratigrafía , el estudio de estratos o capas rocosas. [1] [2]
Una formación debe ser lo suficientemente grande como para poder trazar un mapa en la superficie o trazarla en el subsuelo. De lo contrario, las formaciones no están definidas por el grosor de sus estratos rocosos, que pueden variar ampliamente. Por lo general, pero no universalmente, tienen forma tabular. Pueden consistir en una sola litología (tipo de roca), o en lechos alternos de dos o más litologías, o incluso una mezcla heterogénea de litologías, siempre que esto las distinga de los cuerpos de roca adyacentes. [1] [2]
El concepto de formación geológica se remonta a los inicios de la geología científica moderna. El término fue utilizado por Abraham Gottlob Werner en su teoría del origen de la Tierra, que se desarrolló durante el período comprendido entre 1774 y su muerte en 1817. [3] El concepto se formalizó cada vez más con el tiempo y ahora está codificado en obras como el Código Estratigráfico de América del Norte y sus homólogos en otras regiones. [4]
Los mapas geológicos que muestran dónde están expuestas varias formaciones en la superficie son fundamentales para campos como la geología estructural , lo que permite a los geólogos inferir la historia tectónica de una región o predecir ubicaciones probables de recursos minerales enterrados. [5]
Los límites de una formación se eligen para darle la mayor consistencia litológica práctica. Las formaciones no deben definirse por ningún otro criterio que no sea la litología. La litología de una formación incluye características tales como composición química y mineralógica, textura, color, estructuras de depósito primarias , fósiles considerados partículas formadoras de rocas u otros materiales orgánicos como carbón o kerógeno . La taxonomía de fósiles no es una base litológica válida para definir una formación. [2]
El contraste en litología entre formaciones requerido para justificar su establecimiento varía con la complejidad de la geología de una región. Las formaciones deben poder delimitarse a la escala del mapeo geológico que se practica normalmente en la región; el espesor de las formaciones puede variar desde menos de un metro hasta varios miles de metros. [2]