Traditi humilitati es una encíclica papal publicada por el Papa Pío VIII en 1829. En ella se establece el programa de su pontificado. Aunque no menciona explícitamente la masonería , ha sido citada por documentos eclesiásticos posteriores sobre el tema porque condenaba a aquellos "que piensan que el portal de la salvación eterna se abre para todos desde cualquier religión ". [1]
En cuanto al pluralismo religioso, Pío VIII condenó el "vil artilugio de los sofistas de esta época" que colocaría al catolicismo a la par de cualquier otra religión. Con respecto a las traducciones de la Biblia, escribió:
También debemos tener cuidado con aquellos que publican la Biblia con nuevas interpretaciones contrarias a las leyes de la Iglesia. Distorsionan hábilmente el significado mediante su propia interpretación. Imprimen las Biblias en lengua vernácula y, absorbiendo un gasto increíble, las ofrecen gratis incluso a los sin educación. Además, las Biblias rara vez carecen de pequeños insertos perversos para asegurar que el lector ingiera su veneno letal en lugar del agua salvadora. [1]
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