La Liga Unitaria (en español : Liga Unitaria ) también conocida como la Liga del Interior (en español : Liga del Interior ) era una liga de provincias de Argentina liderada por José María Paz , establecida en 1830, con el objetivo de unir al país bajo principios unitarios. . Comprende las provincias de San Luis , La Rioja , Catamarca , Mendoza , San Juan , Tucumán , Córdoba , Salta y Santiago del Estero.. Fue opuesto y finalmente derrotado por las provincias del Pacto Federal .
Formación
Después de la guerra argentino-brasileña , que trajo la independencia de la Banda Oriental del Uruguay , la situación política en las provincias se vio muy afectada por la desaparición del gobierno nacional unitario de Rivadavia . Debido a esto, las provincias proclamaron su autonomía y le dieron al gobernador de Buenos Aires, Manuel Dorrego , la responsabilidad de administrar las relaciones exteriores de Argentina. Se hicieron muchos intentos para reorganizar el gobierno nacional bajo los ideales del Partido Federalista, pero todos fracasaron, como resultado, el Partido Unitario intentó retomar el control.
Aprovecharon el descontento que expresaron los generales del Ejército Nacional con el tratado de paz firmado por Dorrego, para impulsar un levantamiento político-militar. En diciembre de 1828, el general Juan Lavalle ejecutó a Dorrego, asumiendo el gobierno de Buenos Aires; poco después el general cordobés José María Paz marchó con otra división de las tropas nacionales y se apoderó de Córdoba tras derrotar al gobernador Juan Bautista Bustos en la Batalla de San Roque .
La guerra civil argentina comenzó en 1829, mientras los Caudillos Federalistas de las provincias costeras lograron derrotar a Juan Lavalle, Paz consolidó su dominio de Córdoba mientras desviaba dos invasiones de Juan Facundo Quiroga , el Caudillo de La Rioja .
El general Paz, sabiendo que la revolución había fracasado en Buenos Aires y las provincias costeras, proclamó entonces que su intención era permanecer en su provincia natal sin atacar las demás provincias, pero luego consideró la necesidad de ocupar sus provincias vecinas para asegurar su control. de Córdoba. Los gobernadores de Salta y Tucumán fueron los primeros en unirse a la liga unitaria y luego colaboraron en la ocupación de las provincias gobernadas o influenciadas por caudillos federalistas. Numerosas unidades militares ocuparon las provincias de San Juan, La Rioja, Mendoza y Santiago del Estero con poca o ninguna resistencia, mientras que en las provincias de Catamarca y San Luis también asumieron gobiernos que simpatizaban con la causa de Paz. Esto creó una clara división política dentro del país entre las provincias interiores unitarias y las provincias costeras federalistas.
Los gobiernos de las provincias que simpatizaban con Paz, o que estaban controladas militarmente por sus tropas, enviaron representantes a Córdoba, que firmaron el 5 de julio de 1830 un tratado de paz y amistad, y una alianza defensiva y ofensiva. Los firmantes fueron Juan Antonio Saráchaga de Córdoba, Enrique Araujo de Catamarca, José María Bedoya de San Luis, Francisco Delgado de Mendoza y Andrés Ocampo de La Rioja.
Posteriormente se le unieron las provincias de Salta, Santiago del Estero, Tucumán y San Juan.
Uno de los principales objetivos de la Liga Unitaria era promover la organización de un gobierno nacional.
Organización económica y política
La Guerra de Independencia Argentina había trastornado fuertemente la región por varias razones: el comercio con el Alto Perú se había cortado, la fuerza de trabajo se había reclutado en el ejército y el mercado de las provincias costeras se había perdido debido a la competencia de los ingleses. Económicamente, se mantuvo la producción artesanal y sus ganancias se utilizaron para comprar grandes extensiones de tierra para las plantaciones.
En la sombra, los caudillos y gobernadores del Interior querían organizar una organización nacional para gestionar las relaciones económicas provinciales respetando las autonomías provinciales. Es por estos trámites estos que el gobernador de Córdoba, Juan Bautista Bustos, había impulsado durante años la organización de un Congreso que organizaría definitivamente las provincias en una República Federal; pero sus iniciativas abandonaron debido a las sucesivas autoridades de Buenos Aires. Tras la llegada de Paz, la creación de un nuevo centro de poder en la ciudad de Córdoba fue vista por las élites del Interior como un posible paso para lograr una determinada organización nacional.
La situación política vivida por las provincias del interior fue incierta ya que la dirección de la liga no consideró las opiniones de la mayoría de la población. Los caudillos federalistas mantuvieron su influencia y frecuentemente se rebelaron usando montoneras , especialmente en áreas rurales. Incluso se rebelaron en la ciudad de Córdoba.
La agitación política resultante de sus luchas puso a estas provincias en un estado de caos permanente que mermó el progreso económico, que era incluso muy limitado antes de la guerra. Esto influyó en la formación de un ejército pluriprovincial, además de mantener el descontento social, alimentado por los caudillos. En realidad, cada provincia miembro de la Liga continuó operando de manera autónoma, ya que la situación política de la región impedía cualquier forma de unidad completa.
El poder militar supremo de la liga
La necesidad de enfrentar una posible amenaza por parte de las provincias costeras hizo que el 31 de agosto de 1830 los gobiernos de la Liga de la Gobernación accedieran a otorgar al General Paz poderes de dictador mediante la firma de un Pacto de Unión y Alianza. Esto significó que cada provincia proporcionó sus propias tropas para ser dirigidas bajo el mando unificado, así como su armamento y otros equipos. Para mantener este ejército (que llegó a ser un ejército conjunto encargado de la defensa de todos los territorios), los gobiernos signatarios proporcionaron a Paz 1/4 de cada uno de sus ingresos gubernamentales. Este tratado fue firmado por representantes de las nueve provincias de la Liga y estuvo en vigor durante ocho meses. Se estipuló que en ese tiempo se establecería la unidad política nacional, en cuyo caso el tratado quedaría sin efecto. Sin embargo, si después de ocho meses aún no hubiera habido ningún gobierno nacional al que la Liga pudiera unirse, las provincias signatarias recuperarían el control de sus tropas, excepto en caso de guerra.
El propósito de este Supremo Poder Militar era unificar los recursos de las provincias, pero una incursión de las montoneras mantuvo ocupadas las tropas, de las cuales se dispersaron por las provincias.
Las provincias costeras crearon una unión similar que preveía una defensa mutua de su región. Los gobiernos de Santa Fe, Buenos Aires y Corrientes se unieron como resultado de los movimientos revolucionarios en Entre Ríos, que lograron sofocar.