Quién recordará a la gente ...


Who Will Remember the People ... ( Francés : Qui se souvient des hommes ... ) es una novela de 1986del escritor francés Jean Raspail . Cuenta la historia del pueblo Alacalufe , una tribu sudamericana en gran parte extinta, a lo largo de los siglos. Los dos personajes principales reaparecen en cada generación. El nombre nativo de los Alacufs es "Kaweskar", que significa "la gente". Raspail había conocido a miembros de la tribu a principios de la década de 1950, lo que dejó una impresión que se quedó con él.

El libro fue publicado en inglés en 1988, traducido por Jeremy Leggatt. [1] Recibió el premio Chateaubriand y el premio Inter Book . [2]

Elizabeth Marshall Thomas revisó el libro para The New York Times y escribió que Raspail "parece bastante crítico con los Kaweskar, llamándolos gente de mar que 'ni siquiera inventaron la vela', haciéndoles realizar actos improbables e inútiles (arrojar impotentemente una piedra en imitación de una bala de cañón, por ejemplo) y describiendo su comida desde un punto de vista europeo, lo que sin duda la hace parecer repugnante ". Marshall Thomas se mostró positivo sobre la descripción negativa del autor de los europeos, especialmente la de Charles Darwin.: "El retrato que hizo el Sr. Raspail de él merece un aplauso". El crítico continuó: "Las víctimas y sus opresores parecen igualmente escuálidos, ignorantes, patéticos, mientras los dos grupos recrean inexorablemente el antiguo desfile conocido como La inhumanidad del hombre hacia el hombre". Marshall Thomas cuestionó la decisión de Raspail de retratar una nación ya extinta, en lugar de una que corre el riesgo de desaparecer: "Sí, el último Kaweskar se ha ido al cielo, y lo sentimos. Pero ¿qué pasa con aquellos como él que permanecen aquí abajo? quieren vivir. Ellos también son 'La Gente'. ¿Recuerdalos?" [3] Jack Schmitt escribió en Los Angeles Times : "En dos trabajos recientes,Bruce Chatwin ( The Songlines ) y Mario Vargas Llosa ( El Hablador (The Speaker ) ) atraen de manera convincente al lector a la vida del alma, los mitos y leyendas terrestres de los bosquimanos australianos y los machiguengas peruanos, respectivamente. Raspail tiene mucho menos éxito en un intento paralelo con los Alacalufs, y la falla no está en la traducción de Jeremy Leggatt, que es excelente. A pesar de esa limitación, la historia de Raspail, inscrita en el diálogo de culturas tan característico de nuestra época, es una hermosa versión en la ficción histórica de una historia real ruidosa con reverberaciones éticas " [4].