Vidal fue a Perpignan, Francia, poco antes del estallido de la controversia maimonidiana , mientras los judíos aculturados continuaban sintetizando el pensamiento aristotélico con la filosofía judía tradicional. Vidal se mostró neutral en esta polémica, a pesar de los esfuerzos de su hermano Don Bonafos Vidal de Barcelona , y de Solomon ben Aderet , para inducirle a rechazar el nuevo movimiento filosófico. Aunque él mismo era estrictamente ortodoxo, Vidal simpatizaba con el movimiento. Creía que, si bien se debería enseñar a los jóvenes a estudiar el Talmud, también deberían tener plena libertad en el estudio de la filosofía y la ciencia. Por lo tanto, incurrió en el reproche de los ortodoxos cuando enfáticamente se puso del lado de su amigo.Samuel Sulami , que había dado cobijo al filósofo condenado al ostracismo Levi ben Abraham de Villefranche . Aunque Vidal no abrazó abiertamente la causa del infortunado filósofo, sus cartas muestran cuán profundamente simpatizaba con él. [2] [1]