Criopreservación de tejido ovárico
La criopreservación del tejido ovárico es de interés para las mujeres que desean preservar la fertilidad más allá del límite natural, o cuyo potencial reproductivo está amenazado por la terapia del cáncer, [1] por ejemplo en neoplasias hematológicas o cáncer de mama. [2] Se puede realizar en niñas prepúberes con riesgo de insuficiencia ovárica prematura , y este procedimiento es tan factible y seguro como los procedimientos quirúrgicos comparables en niños. [3]
El procedimiento consiste en tomar una parte del ovario y realizar una congelación lenta antes de almacenarlo en nitrógeno líquido mientras se realiza la terapia. Luego, el tejido puede descongelarse e implantarse cerca del Falopio, ya sea ortotópico (en la ubicación natural) o heterotópico (en la pared abdominal), [2] donde comienza a producir nuevos óvulos, lo que permite que se produzca una concepción normal. [4] Un estudio de 60 procedimientos concluyó que la extracción de tejido ovárico parece ser segura. [2] Un estudio también concluyó que el cultivo de tejido ovárico fetal descongelado durante unos días antes del trasplante puede ser beneficioso para el desarrollo de los folículos. [5]
Las tiras de tejido ovárico cortical también se pueden criopreservar, pero deben volver a implantarse en el cuerpo para permitir que los folículos inmaduros encapsulados completen su maduración. La maduración in vitro se ha realizado de forma experimental, pero la técnica aún no está disponible clínicamente. [6] Con esta técnica, el tejido ovárico criopreservado posiblemente podría usarse para producir ovocitos que puedan someterse directamente a la fertilización in vitro . [6]
Las mujeres que padecen enfermedades malignas que se someten a un tratamiento con radiación o fármacos gonadotóxicos tienen una mayor probabilidad de perder la función ovárica y provocar infertilidad. El tejido cortical ovárico alberga la mayor parte del conjunto de folículos ováricos. Una vez que una paciente se cura de su enfermedad maligna, el tejido se puede descongelar y luego trasplantar para tener la posibilidad de restaurar la función ovárica. Después del autotrasplante, las pacientes mostraron reanudación de la actividad ovárica para incluir la primera menstruación a las 14 a 25 semanas y el desarrollo folicular de 8 a 21 semanas. [7]
Para el autotrasplante de tejido ovárico criopreservado en supervivientes de cáncer, se han detectado repetidamente metástasis en tejido ovárico obtenido de pacientes con leucemia , así como en un paciente con sarcoma de Ewing . [8] El autotrasplante de tejido ovárico puede presentar un riesgo de recurrencia del cáncer en pacientes con cáncer colorrectal , gástrico y endometrial . [8] Sin embargo, no se han detectado metástasis en el tejido ovárico de pacientes con linfoma y cáncer de mama que se han sometido a criopreseración de tejido ovárico. [8]
El primer trasplante de ovario con tejido ovárico criopreservado fue realizado por el Dr. Kutluk Oktay en 1999. En septiembre de 2004, el profesor Donnez de Louvain en Bélgica informó del primer parto ovárico exitoso a partir de tejido ovárico congelado lento o controlado. En 1997 se tomaron muestras de corteza ovárica de una mujer con linfoma de Hodgkin y se crioconservaron en un congelador rápido (Planer, Reino Unido) y se almacenaron en nitrógeno líquido. Se inició quimioterapia y luego de que la paciente presentara insuficiencia ovárica prematura. En 2003, después de la congelación-descongelación, se realizó un autotrasplante ortotópico de tejido cortical ovárico por laparoscopia y cinco meses después del reimplante, los signos indicaron la recuperación de los ciclos ovulatorios regulares. Once meses después de la reimplantación se confirmó un embarazo intrauterino viable, que resultó en un nacimiento vivo -Tamara . Sin embargo, ha habido una gran controversia en torno a la afirmación de Lovaina. Los colegas refutan las afirmaciones de Donnez y afirman que no se sabe con certeza si la madre era realmente infértil. [9]
