Bastión
Un bastión o baluarte es una estructura que se proyecta hacia afuera desde el muro cortina de una fortificación , generalmente de forma angular y ubicada en las esquinas del fuerte. El baluarte totalmente desarrollado consta de dos caras y dos flancos, pudiendo el fuego de los flancos proteger el muro cortina y los baluartes adyacentes. [1] En comparación con las torres fortificadas medievales que reemplazaron, las fortificaciones de bastión ofrecían un mayor grado de resistencia pasiva y más posibilidades de defensa a distancia en la era de la artillería de pólvora . Como arquitectura militar, el bastión es un elemento del estilo de fortificación dominante desde mediados del siglo XVI hasta mediados del siglo XIX.
A mediados del siglo XV, las piezas de artillería se habían vuelto lo suficientemente poderosas como para hacer obsoletos la tradicional torre redonda medieval y el muro cortina. Esto fue ejemplificado por las campañas de Carlos VII de Francia, quien redujo las ciudades y castillos en poder de los ingleses durante las últimas etapas de la Guerra de los Cien Años , y por la caída de Constantinopla en 1453 al gran cañón del ejército turco. [3]
Durante la Guerra de los Ochenta Años (1568-1648), los ingenieros militares holandeses desarrollaron aún más los conceptos alargando las caras y acortando los muros cortina de los bastiones. La construcción resultante se llamó bolwerk . Para aumentar este cambio, colocaron exteriores en forma de V conocidos como revellines frente a los baluartes y muros cortina para protegerlos del fuego directo de artillería. [3]
Estas ideas fueron desarrolladas e incorporadas en las fortalezas de trace italienne por Sébastien Le Prestre de Vauban , [3] que permanecieron en uso durante las Guerras Napoleónicas .
Los bastiones se diferencian de las torres medievales en varios aspectos. Los bastiones son más bajos que las torres y normalmente tienen una altura similar al muro cortina adyacente. La altura de las torres, aunque las hacía difíciles de escalar, también las hacía fáciles de destruir por la artillería. Un bastión normalmente tendría una zanja en el frente, el lado opuesto del cual se construiría por encima del nivel natural y luego se iría inclinando gradualmente. Este glacis protegía la mayor parte del bastión del cañón del atacante, mientras que la distancia desde la base de la zanja hasta la parte superior del bastión significaba que aún era difícil de escalar.
En contraste con las típicas torres medievales tardías, los bastiones (aparte de los primeros ejemplos) eran de lados planos en lugar de curvos. Esto eliminó el terreno muerto, lo que permitió a los defensores disparar sobre cualquier punto directamente frente al bastión.
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