Hay muchas enfermedades y diagnósticos propuestos que son rechazados por el consenso de la medicina ortodoxa y están asociados con la pseudociencia.
Las enfermedades pseudocientíficas no se definen con criterios objetivos. No pueden lograr, y quizás no buscan, el reconocimiento médico. El profesor de física Roy Coker afirma que la pseudociencia rechaza la metodología empírica . [1]
Otras condiciones pueden ser rechazadas o cuestionadas por la medicina ortodoxa, pero no están necesariamente asociadas con la pseudociencia. Los criterios de diagnóstico para algunas de estas condiciones pueden ser vagos, demasiado inclusivos o mal definidos. Aunque la evidencia de la enfermedad puede ser cuestionada o inexistente, la justificación de estos diagnósticos es empírica y, por lo tanto, susceptible de investigación científica, al menos en teoría.