Mateo 9:20


Eusebio nos dice que esta mujer era de Cesarea de Filipo, donde, en honor a su curación milagrosa, "después erigió un monumento de bronce, descriptivo de este evento, ante la puerta de su casa". [1]

Crisóstomo : "Marcos y Lucas dicen que tomó consigo a tres discípulos solamente, a saber, Pedro, Santiago y Juan; no tomó a Mateo, para estimular sus deseos, y porque todavía no era perfecto de mente; y por esta razón Él honra estos tres, para que otros lleguen a ser del mismo parecer.Basta entre tanto que Mateo vea las cosas que se han hecho con respecto a la que tenía flujo de sangre, acerca de la cual se sigue: Y he aquí una mujer que había padecido flujo de sangre sangre doce años, vino por detrás y tocó el borde de su manto". [2]

Jerónimo : "Esta mujer que tenía flujo vino al Señor no en la casa, ni en el pueblo, porque ella estaba excluida de ellos por la Ley, sino por el camino en que Él andaba; así, cuando va a sanar a una mujer, otro se cura". [2]

Crisóstomo : "Ella no vino a Cristo con un discurso abierto a causa de la vergüenza de esta su enfermedad, creyéndose inmunda; porque en la Ley esta enfermedad se tenía por muy inmunda. Por eso se esconde". [2]

San Remigio: "En lo cual debe ser alabada su humildad, que no vino delante de Su rostro, sino detrás, y se juzgó indigna de tocar los pies del Señor, sí, no tocó Su manto completo, sino solo el borde; porque el Señor vestía un la orla según el mandamiento de la Ley. Así también los fariseos llevaban orla, la cual hacían grande, y en algunas ponían espinas. Pero la orla del Señor no fue hecha para herir, sino para sanar, y por eso se sigue: Porque ella dijo dentro ella misma: "Si tan sólo puedo tocar su manto, seré salva. Cuán maravillosa fue su fe, que aunque desesperaba de la salud de los médicos, a pesar de que había agotado su sustento, percibió que un Médico celestial estaba cerca, y por tanto inclinó toda su alma en él, por lo cual merecía ser sanada; pero Jesús volviéndose y viéndola, dijo: Ten ánimo, hija,tu fe te ha salvado".[2]