El Moche Crawling Feline es un recipiente con pico de estribo específico que data de 100-800 EC. Esta efigie de cerámica Moche se encuentra actualmente en la colección del Museo Larco , en Lima, Perú . Proviene de la Costa Norte del Perú. Representa un personaje zoomorfo: un perro lunar o un felino gateando.
![](http://wikiimg.tojsiabtv.com/wikipedia/commons/d/d7/Felino_Rampante_Mochica.jpg)
Fondo
En las culturas del norte del Perú, la cerámica es el principal soporte para transmitir los conceptos religiosos, y fue utilizada para los principales rituales funerarios, sacrificios y de fertilidad. Este tipo de pieza fue encontrada en el contexto funerario de un gobernante Moche y fue una de las formas más importantes de honrarlo y acompañarlo en su viaje al inframundo.
Las sociedades precolombinas eran sociedades agrícolas, por lo que su conocimiento se basaba principalmente en la observación del cielo (de las estrellas, la lluvia, los cambios climáticos ...), de la tierra (para la agricultura), y del mundo subterráneo (por las plantas medicinales y las raíces). Por tanto, su forma de pensar el mundo estaba organizada de acuerdo con esos tres niveles del mundo. Adoraban a los animales que representaban esos tres niveles: el pájaro para el cielo y el mundo superior, el mundo de los dioses, el felino para la tierra y el mundo de aquí, el mundo humano y los reptiles (que son serpientes la mayoría de las veces). el tiempo) para el mundo subterráneo, el inframundo, el mundo de la muerte.
Las sociedades precolombinas fueron las maestras de la cerámica; alcanzaron un nivel excepcional de calidad escultórica. Esto proviene de una observación precisa y paciente de la naturaleza y de su entorno y del estudio metódico de los animales y su morfología.
El alto nivel de sus técnicas escultóricas y pictóricas en sus cerámicas les permitió aumentar los detalles en la representación de sus temas religiosos. El felino fue uno de los animales religiosos simbólicos más importantes. Aparece mucho en las culturas del norte y se convirtió en una gran fuente de inspiración para los artistas peruanos. Es un animal fuerte y valiente, y está ligado a la fertilidad y al agua, ya que proviene de las tierras húmedas y fértiles de la Amazonia.
Interpretación
En última instancia, se desconoce la especie del animal retratado. Esta pieza podría representar un animal místico, mitad felino y mitad pájaro, decorado con incrustaciones de nácar. El ojo de este personaje místico está hecho de turquesa. Si miramos el objeto de la derecha, podemos ver un felino; mientras que si lo miramos a la izquierda, podemos ver un pájaro. El ojo es el vínculo entre los dos. Este objeto corresponde al concepto de dualidad creativa, que es muy importante para las sociedades precolombinas. El hocico del felino es desproporcionado y el animal está sentado con las patas hacia arriba, en posición de pelea. Los triángulos de nácar representan la cresta del pájaro, que es un símbolo de importancia y poder. Las crestas son al mismo tiempo un símbolo de la unión entre el mundo superior y el inframundo. Esto es muy importante porque explica uno de los grandes conceptos del Perú Antiguo: el hecho de que el mundo superior (el mundo de la Tierra) recibe el agua y la luz proveniente del cielo, creando vida.
Esta pieza tiene varios nombres: el dragón, el perro lunar, el monstruo lunar o el felino rastrero. Podemos ver, por ejemplo, que las orejas del animal no son las típicas de un felino sino más bien las de un zorro, un animal que conecta los diferentes mundos entre sí. Esta pieza es la expresión de la complementariedad, de dos mundos que se encuentran, uniendo su poder. Intriga y atrae la curiosidad de los turistas del Museo Larco por su aspecto misterioso y la evidente espiritualidad que conlleva.