En sismología , una traza sísmica se refiere a la curva registrada de un solo sismógrafo al medir el movimiento del suelo. El nombre proviene de la curva trazada por un sismógrafo cuando el rollo de papel giraba y la aguja dejaba un rastro del que se podía extraer información sobre el subsuelo. Los instrumentos de hoy registran los datos digitalmente y la palabra trazo ha llegado a significar la curva digital.
La traza sísmica registrada se considera la parte real de la traza compleja . Cambiando la fase de la traza registrada en 90 grados, podemos obtener la parte imaginaria de la traza compleja. La traza sísmica compleja es una función compleja cuya parte real e imaginaria son las mencionadas anteriormente. [1] A partir de la traza compleja, ahora se pueden definir atributos sísmicos como la amplitud compleja, la fase, la fase instantánea y la frecuencia instantánea.