El caballero negro (Elgar)


El caballero negro , op. 25 es una sinfonía / cantata para orquesta y coro escrita por Edward Elgar en 1889-1893. El libretista toma prestado de la traducción de Longfellow de la balada Der schwarze Ritter de Ludwig Uhland .

Elgar estaba motivado para completar el trabajo en El caballero negro cuando se le ofreció una actuación en el Festival de Worcester. Las cantatas fueron favorecidas por las sociedades corales de la época. Sin embargo, es evidente el deseo de Elgar de organizar el formato suelto de la cantata dándole una forma más rígida. Por ejemplo, Elgar divide el texto en cuatro escenas contrastantes correspondientes a los cuatro movimientos de una sinfonía típica. Basil Maine, un destacado biógrafo de Elgar, cree que el propósito del trabajo es crear una mezcla cercana de tonos vocales e instrumentales. [1]

El Caballero Negro de Elgar cuenta la historia de la intrusión de un misterioso extraño en la corte de un rey con un resultado desastroso y espantoso.

Comienza con una competencia de justas medievales celebrada en honor a la fiesta de Pentecostés : en la competencia, el hijo del rey vence a todos en las listas hasta que llega un misterioso caballero y lo desafía, y con el cielo oscureciéndose y el castillo balanceándose, el extraño caballero pelea y gana. Más tarde esa noche, durante el banquete, el caballero negro regresa para preguntarle al rey si puede casarse con su hija y comienza a bailar con ella, y mientras bailan, las florecitas en su cabello mueren misteriosamente. Más tarde, al notar la palidez de los dos hijos del rey, el invitado les ofrece vino 'curativo', que colapsan y mueren poco después de beber el veneno. El viejo rey le ruega al caballero que lo mate, ya que no le queda nada por lo que vivir, pero él se niega.

La escritora musical Diana McVeagh observa que no parece haber una causa o explicación moral para la maldad gratuita del extraño. [2]

Elgar describió la obra como una "sinfonía para coro y orquesta", aunque los editores, Novello , la describieron como una cantata. [2] Las cuatro escenas corresponden a los cuatro movimientos de la sinfonía clásica. No hay solistas y la acción la describe el coro.