La Batalla naval de la Isla de Saltes o Batalla de Saltes ( español : Batalla de la Isla Saltés ) tuvo lugar el 17 de julio de 1381, frente a la Isla de Saltes , entre la Corona de Castilla y el Reino de Portugal durante la Tercera Guerra Fernando . [1] [2] [3] La flota castellana comandada por Don Fernando Sánchez de Tovar derrotó decisivamente a la flota portuguesa dirigida por João Afonso Telo . [2] [5]El resultado de la batalla fue la destrucción de la capacidad ofensiva naval de Portugal, consiguiendo la supremacía naval castellana en el Océano Atlántico . [2] [3] [4]
Tras la muerte de Pedro I de Castilla , Fernando I de Portugal declaró la guerra al Reino de Castilla por la posesión del trono castellano. Esta serie de conflictos se conoció como las Guerras de Fernando . En 1381, rompiendo el Tratado de Santarém (1373) que traía la paz a la segunda guerra, Fernando I tomó represalias contra Castilla, iniciándose así la Tercera Guerra Fernando . [6] Para ello, firmó una alianza con el joven Ricardo II de Inglaterra . [6] Juan de Gante, duque de Lancaster, también tenía pretensiones al trono castellano desde 1371 y viendo en este trato un medio de hacer valer su causa, envió unos 2.000 soldados ingleses al mando del conde de Cambridge a Lisboa para apoyar una incursión portuguesa en territorio castellano. [6]
Para evitar que el contingente inglés fuera interceptado en el mar por la armada de Castilla, el monarca portugués planeó un bloqueo naval . A mediados de julio de 1381, una flota portuguesa al mando de João Afonso Teles de Menezes, VI Conde de Barcelos , zarpó de Lisboa hacia la desembocadura del río Guadalquivir para impedir el paso de la flota castellana, que estaba anclada en Sevilla . [3] [5] Al mismo tiempo, la flota del almirante Fernando Sánchez de Tovar zarpaba desde su base en Sevilla, rumbo a las costas portuguesas. El 17 de julio, navegando en direcciones opuestas, las dos flotas se avistaron frente al Algarve . [2] [5]
Tras evaluar la situación, el almirante castellano Fernando Sánchez de Tovar consideró muy improbable la victoria dadas las circunstancias y ordenó virar y regresar a puerto. Su homólogo portugués vio la oportunidad de vencer al rival y comenzó la persecución de la flota castellana. [2] De Tovar ordenó a sus hombres que remaran a paso rápido, obligando a sus perseguidores portugueses a igualar el esfuerzo para intentar superar a la flota. Las diferentes velocidades a las que avanzaban aumentaban la distancia entre los barcos portugueses, rompiendo su formación. [2]
Después de unas dos horas, el cansancio, la sed y el calor del verano hicieron mella en los remeros portugueses, y muchos de sus barcos quedaron atrás. Ocho de ellos, la vanguardia de la flota portuguesa, atacaron la pequeña isla de Saltés y destruyeron las propiedades de los pescadores de las inmediaciones. Al ver que los portugueses habían caído en su trampa, de Tovar lanzó sus barcos contra el enemigo en formación compacta y capturó fácilmente las galeras portuguesas. [1] [2] El resto de la flota portuguesa se acercó en desorden uno a uno y fueron capturados por los castellanos sin dificultad. [7] Eventualmente, solo una de las 23 galeras portuguesas evitó la captura. [7]
El almirante Fernando Sánchez de Tovar entró triunfante con sus 22 galeras capturadas en el puerto de Sevilla , con gran alegría de sus habitantes. [7] Este hecho permitió a los ingleses atracar en Lisboa sin problemas. Más tarde, los ingleses del duque de Lancaster , dispusieron sus barcos para enfrentarse a la flota de Sánchez de Tovar, pero sabiendo que éste había regresado a Sevilla, las naves inglesas regresaron a Inglaterra , dejando en Lisboa a las fuerzas de tierra inglesas. [5] [6]