Revolución cubana de 1933


La Revolución Cubana de 1933 ( en español : Revolución cubana de 1933 ), también llamada la Revuelta de los Sargentos , fue un golpe de Estado que ocurrió en Cuba en septiembre de 1933. Comenzó como una revuelta de sargentos y alistados en el ejército, quienes pronto se alió con estudiantes activistas en el Directorio Estudiantil Universitario .

El golpe derrocó a Carlos Manuel de Céspedes y Quesada como presidente, instalando un nuevo gobierno liderado por una coalición de cinco hombres, conocida como la Pentarquía de 1933 . Luego de solo cinco días, la Pentarquía dio paso a la presidencia de Ramón Grau , cuyo mandato se conoce como Gobierno de los Cien Días . El líder de la revuelta, el sargento Fulgencio Batista , se convirtió en el jefe de las fuerzas armadas e inició un largo período de influencia en la política cubana.

Las políticas autoritarias de Gerardo Machado y la Gran Depresión iniciada en 1929 sumieron a Cuba en una crisis económica y social, en medio de la cual proliferaron los grupos de oposición. La presión y las manifestaciones del Directorio Estudiantil Universitario y de los trabajadores, así como del embajador estadounidense Sumner Welles , obligaron a Machado a renunciar. [2]

Carlos Manuel de Céspedes y Quesada encabezó un gobierno provisional que incluyó a miembros del grupo opositor ABC en su gabinete. Otros grupos de la oposición de Machado estaban insatisfechos con el gobierno provisional, que para ellos representaba un compromiso inaceptable con el intervencionismo estadounidense. El 24 de agosto, el Directorio de Estudiantes emitió un Manifiesto-Programa que denunció a la ABC e hizo varias demandas, incluida la formación de un nuevo gobierno. [3]

Tras la caída de Machado, los militares percibieron su situación como precaria. Las fuerzas de oposición controlaban La Habana y se vengaron de los partidarios del régimen de Machado, incluidos policías y algunos soldados. El ejército se mostró reacio a intervenir en esta situación para que el público no lo percibiera como un agente del antiguo régimen. El arresto de 50 soldados y 21 oficiales no satisfizo las demandas de reforma. [4]

Los críticos del gobierno de Céspedes, incluso dentro del ejército, acusaron que no estaba tomando suficientes medidas contra los partidarios de Machado dentro del ejército y que no había reincorporado a los oficiales que se habían opuesto a Machado. [5] Esta situación exacerbó la tensión de larga data (relacionada con la edad, la clase y la raza) entre las filas de los oficiales. [6]