Arte republicano romano

El arte republicano romano es la producción artística que tuvo lugar en territorio romano durante el período de la República , convencionalmente del 509 a. C. al 27 a. C.

El desarrollo militar, político y económico de la República Romana no coincidió con el desarrollo de una civilización artística autónoma. En el período republicano se pueden distinguir al menos tres momentos artísticos: el primero como continuación de la cultura arcaica, donde la producción en la ciudad no manifiesta ningún rasgo estilístico propio; una segunda ligada a la conquista de Grecia y la llegada de enormes botines de obras de arte; y una tercera fase que se inicia durante el reinado de Sila , cuando comienzan a aparecer obras de arte específicamente romanas.

El 509 a. C. marca tradicionalmente la expulsión de los reyes etruscos y el comienzo de la República. La producción artística se mantuvo influenciada por la cultura etrusca, así como por las ciudades griegas de Campania . Hasta el 390 a. C., Roma era una ciudad única en el centro de Italia que se beneficiaba de una posición que favorecía el tránsito comercial. Con la retirada de los etruscos de Campania después de la batalla de Cumas , el tráfico comercial se debilitó y la ciudad se vio obligada a expandir su territorio. Desde el 390 al 265 a.C., los romanos lograron conquistar la Italia sub-Apenina .

La actividad religiosa en Roma en ese momento era intensa y se construyeron muchos templos. Cada uno tenía sus propias estatuas, en su mayoría de bronce, que decoraban la ciudad. Algunas referencias sobre las monedas y sobre hallazgos contemporáneos de Tarquinia , Chiusi , Perugia y Volterra permiten hacer hipótesis sobre la apariencia de estas estatuas. Representaban arte práctico colocado con el propósito de contar historias o decoración modesta.

Esta escasez de interés artístico está bien justificada en el marco de la mentalidad romana, pensada como expresión de una población acostumbrada a luchar contra la naturaleza, la pobreza y las poblaciones vecinas. El patricio romano era típicamente un hombre duro, violento y tenaz, forjado por la fatiga, con intereses prácticos e inmediatos. Por lo general, ignoraban todo lo que no les aportara una utilidad inmediata. En el siglo II a. C., por ejemplo, el Senado dispuso la demolición de un teatro de piedra recién construido "por ser algo inútil y perjudicial para nuestras costumbres". ^[1]

Un ejemplo único de escultura de producción y artesanía superior es el Capitolino Brutus , objeto de numerosas hipótesis de datación que van desde el siglo IV al I a.C. La composición fuerte y expresiva lo aleja del arte griego y etrusco, lo que indica una evolución del estilo italiano. ^[2]