Las siete diócesis suburbicarianas son diócesis católicas ubicadas en las cercanías de Roma , cuyos obispos ( titulares ) son los (ahora seis) miembros ordinarios de la orden más alta de cardenales , los cardenales obispos (a los que se agregaron los cardenales patriarcas ). . El Papa Francisco , además, ha cooptado a cinco cardenales de la Iglesia Latina para que se unan a las filas de los Cardenales-Obispos.
La sede de Ostia se confiere al Decano del Colegio Cardenalicio además de la sede que ya tenía. (Hasta 1914, el decano recibió la sede de Ostia y Velletri en lugar de la sede que tenía antes. Las sedes de Ostia y Velletri se separaron en 1914.) El cardenal-decano solía ser el obispo cardenal más antiguo, pero es ahora elegido por los seis cardenales obispos con la aprobación del Papa .
La creciente participación de los cardenales obispos en la administración de la curia papal resultó en un desapego de sus diócesis. Por lo tanto, algunos de ellos, en particular los cardenales-obispos de Sabina y Velletri, han tenido obispos auxiliares durante siglos y en 1910 la constitución apostólica Apostolicae Romanorum del Papa Pío X hizo esta práctica obligatoria para todas las diócesis suburbicarianas. [1]
En 1962, el Papa Juan XXIII en su decreto Suburbicarii sedis [2] convirtió a los obispos cardenales en obispos titulares y dispuso el nombramiento de obispos diocesanos residenciales separados para Velletri-Segni, Porto-Santa-Rufina, Frascati, Palestrina, Albano y Sabina. . Para la diócesis de Ostia - la diócesis titular del Decano del Colegio Cardenalicio - no se nombró obispo diocesano residente; se confía a un administrador apostólico , que es siempre el Cardenal Vicario de Roma . Aunque los obispos diocesanos ejercen todas las funciones administrativas episcopales, los cardenales obispos todavía toman posesión formalmente de sus diócesis titulares.