La niña y el eco


La niña y el eco ( en ruso : Девочка и эхо , romanizadoDevochka i ekho ; título alternativo: El último día de vacaciones ; en lituano : Paskutinė atostogų diena ) es una película dramática soviética de 1964 dirigida por Arūnas Žebriūnas y producida por Lithuanian Film Studios . Está basada en una historia corta Echo de Yury Nagibin , quien también escribió el guión .

Vika se queda el último día en casa de su abuelo, un pescador. Hoy debería venir su padre pero ella no quiere irse. Por la mañana, su abuelo se hace a la mar para revisar las redes y Vika pasea por la playa y habla con sus amigos de las rocas. La niña pensativa crea un mundo especial de relaciones con las personas y la naturaleza.

Mientras tanto, en la orilla, los niños del pueblo costero deciden quién debe ser el líder de su tripulación. Vika proclama que el cabecilla está engañando a sus amigos: ha escondido el cangrejo marcado que el próximo líder debería atrapar en el mar entre las rocas y ha arrojado al mar uno sin marcar. Vika saca al cangrejo de su escondite y revela el engaño. Aquí en la orilla conoce a Roman. Ha llegado a la costa solo por un día y no conoce a nadie. Vika lo ve como su amigo y en secreto le cuenta a Roman sobre su increíble colección: las diversas voces que resuenan en las rocas.

Sin embargo, cuando el líder decide vengarse de Vika y esconde su vestido durante su baño, Roman se ve en una situación en la que tiene que pasar una prueba de amistad. Debido a las burlas de los chicos, Roman se acobarda y no le entrega el vestido a Vika, que está sentada desnuda en el agua. Vika pasa a través de la formación de los chicos para recoger el vestido y le arroja a la cara del chico lo peor que puede oír: la acusación de cobardía. Para justificarse contra el cargo de cobardía y ganarse la confianza de la nueva camarilla, Roman los lleva a las rocas y se jacta del secreto recibido de la niña. Pero el eco es silencioso. El padre de Vika llega y se encuentra con Roman llorando: casi lo golpean por su mentira. Pero sus esfuerzos conjuntos para iniciar el eco tampoco conducen al éxito.

Sin embargo, la niña también sufre por su traición. De una manera puramente infantil, restaura su confianza en la humanidad llamando desde un teléfono de la aldea a números de teléfono aleatorios y deseando salud a los interlocutores extraños y que tengan un buen día.

Antes de irse, Vika le hace prometer a su padre que volverán aquí el próximo año. Roman, experimentando una pelea con Vika, intenta por todos los medios demostrar que no es un cobarde, y obtiene un cangrejo marcado, que se precipita hacia las olas del mar. Le trae el cangrejo a Vika insistiendo en que no es un cobarde, y que ahora él será el líder pero Vika no perdona su traición.