movimiento ultraísta


El movimiento ultraísta ( español : ultraísmo ) fue un movimiento literario nacido en España en 1918, con la intención declarada de oponerse al Modernismo , que había dominado la poesía española desde finales del siglo XIX.

El movimiento se inició en las tertulias del Café Colonial de Madrid , presidido por Rafael Cansinos Assens . El núcleo ultraísta estaba formado, entre otros, por Guillermo de Torre , Juan Larrea , Gerardo Diego y el argentino Jorge Luis Borges , que por entonces residía en Madrid.

En la tendencia del futurismo ruso e italiano , el dadaísmo y el surrealismo francés , el movimiento ultraísta, que terminó en 1922 con el cese de la revista Ultra (aunque algunos autores, como Borges, continuaron escribiendo en estilo ultraísta durante casi una década después) , proponía un cambio estético, menos ambicioso que el del surrealismo, intentando extenderse a todas las artes ya la propia vida cotidiana. Los ultraístas se apartaron por completo de los manierismos y la opulencia del Modernismo . La poesía ultraísta se caracteriza por una imaginería evocadora, referencias al mundo moderno y las nuevas tecnologías, eliminación de la rima, y tratamiento gráfico creativo de la maquetación de la poesía impresa, en un intento de fusionar las artes plásticas y la poesía. El ultraísmo fue influenciado en parte por el simbolismo y por los parnasianos .

En un manifiesto publicado por la revista Nosotros ( Buenos Aires , 1922), Borges resumía así las metas ultraístas:

La expresión "artefactos ornamentales" era una clara referencia al Modernismo de Rubén Darío, que los ultraístas consideraban demasiado ornamentado y carente de sustancia. El movimiento ultraísta coincidió con otros movimientos de vanguardia en su eliminación del sentimentalismo.

El ultraísmo era afín al creacionismo del poeta chileno Vicente Huidobro , que se reunía con los ultraístas en sus tertulias. Huidobro proponía que un poema debía ser siempre un objeto nuevo, distinto del resto, que debía ser creado "como la naturaleza crea un árbol", posición que implicaba la libertad del poema de la realidad, incluida la realidad interior del autor.