Lepra difusa de Lucio y Latapí


La lepra difusa de Lucio y Latapí , también conocida como lepra lepromatosa difusa o “lepra bonita” es una variedad clínica de la lepra lepromatosa . Fue descrita por primera vez por Lucio y Alvarado en 1852 y reidentificada por Latapí en 1936. Es común en México (23% de los casos de lepra) y en Costa Rica y muy rara en otros países.

La lepra manchada o lazarina fue descrita por primera vez por Ladislao de la Pascua en 1844. [1] Lucio y Alvarado publicaron una descripción de la enfermedad con los mismos nombres en 1852. Latapí la redescribió en 1938 y la reportó como lepra 'manchada' de Lucio en 1948. Fue nombrada lepra difusa de Lucio y Latapí en 1963 por Frenken.

La patología de base fue explicada por Chévez-Zamora como una infiltración cutánea generalizada difusa. La denominó lepromatosis difusa pura y primitiva, sobre la cual se desarrollan lesiones necrotizantes. Propuso el nombre de Fenómeno de Lucio o eritema necrotisante para estas lesiones.

El fenómeno de Lucio consiste en manchas eritematosas bien formadas que luego se vuelven necróticas con costras, ulceraciones y cicatrices. Estas lesiones suelen localizarse en las extremidades inferiores y pueden ser extensas. Con frecuencia son dolorosos y rara vez fatales.

La patogenia probable es la lesión de las células endoteliales debido a la colonización/invasión seguida de proliferación, angiogénesis, trombosis y ectasia de los vasos.

El fenómeno de Lucio se trata con terapia contra la lepra ( dapsona , rifampicina y clofazimina ), cuidado óptimo de las heridas y tratamiento para la bacteriemia , incluidos los antibióticos . En casos severos, la exanguinotransfusión puede ser útil. [3]