Arte de resistencia
El arte de la resistencia es un tipo de arte escénico que implica algún tipo de dificultad, como el dolor, la soledad o el agotamiento. [2] Las representaciones que se centran en el paso de largos períodos de tiempo también se conocen como arte de duración o representaciones de duración . [3]
El escritor Michael Fallon rastrea el género hasta el trabajo de Chris Burden en California en la década de 1970. [4] Burden pasó cinco días en un casillero en Five Day Locker Piece (1971), se hizo disparar en Shoot (1971) y vivió durante 22 días en una cama en una galería de arte en Bed Piece (1972). [5]
Otros ejemplos de arte de resistencia incluyen One Year Performance 1980–1981 (Time Clock Piece) de Tehching Hsieh , en el que durante 12 meses marcó un reloj cada hora, y Art/Life One Year Performance 1983–1984 (Rope Piece) , en el que Hsieh y Linda Montano pasaron un año atadas entre sí por una cuerda de dos metros y medio. [6]
En La casa con vista al mar (2003), Marina Abramović vivió en silencio durante 12 días sin comida ni entretenimiento en un escenario totalmente abierto al público. [7] Tal es la resistencia física requerida para algunos de sus trabajos que en 2012 organizó lo que llamó un "campo de entrenamiento" en Hudson, Nueva York, para los participantes en sus actuaciones de varias personas. [8]
Los nueve encierros o la privación de la libertad es una obra conceptual, de arte de resistencia y performativa de contenido crítico y biográfico del artista Abel Azcona . La obra de arte fue una secuencia de performances realizadas entre 2013 y 2016. Todas las series tenían como tema la privación de libertad . El primero de la serie lo realizó Azcona en 2013 y se llamó Confinamiento en busca de identidad . [9] El artista debía permanecer durante sesenta días en un espacio construido dentro de una galería de arte de Madrid, con escasos recursos alimentarios y en total oscuridad. La representación se detuvo a los cuarenta y dos días por motivos de salud y el artista fue hospitalizado. [10]Azcona crea estas obras como un reflejo y también una interrupción discursiva de su propia enfermedad mental, siendo la enfermedad mental uno de los temas recurrentes en la obra de Azcona. [11]
Beth Hoffmann, "The Time of Live Art", en Deirdre Heddon , Jennie Klein (eds.), Histories and Practices of Live Art , Palgrave Macmillan, 2012, p. 47.
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