José ibn Tzadik


El rabino Joseph ben Jacob ibn Tzaddik (fallecido en 1149) fue un rabino , poeta y filósofo español. Talmudista de gran reputación, fue nombrado en 1138 dayyan en Córdoba , cargo que ocupó junto con Maimón, padre de Maimónides , hasta su muerte. José también fue un poeta de gran talento, como lo atestigua Alharizi . [1] Varios de los poemas religiosos de José se encuentran en los machzorim sefardíes y africanos ; y un poema dirigido a Judah ha-Levi , en su visita a Córdoba camino a Palestina , está incluido en el diván de este último.

Sin embargo, la reputación de José no se basa en su conocimiento rabínico o sus habilidades poéticas, sino en su actividad en el campo de la filosofía religiosa. En un breve tratado escrito en árabe (el título es probablemente Al-'Alam al-Saghir ) y, según Moritz Steinschneider , traducido por Nahum ha-Ma'arabi al hebreo bajo el título Olam Katan , expone sus puntos de vista sobre los más problemas importantes de la teología. Aunque no es un pensador original (en todos los puntos de su sistema toma prestado en gran parte de Fons Vitæ de Solomon Ibn Gabirol ), [2] demuestra estar completamente familiarizado con la literatura filosófica y científica de los árabes ., e impone el sello de su propia individualidad a los temas tratados. El Olam Katan comprende cuatro divisiones principales, subdivididas en secciones. Después de exponer los principios elementales y primarios del conocimiento de Dios, cuya adquisición es el más alto deber del hombre, y de explicar cómo el alma humana construye su concepción de las cosas, José trata, a la manera de los árabes aristotélicos , de la materia. y forma, de sustancia y accidente, y de la composición de las diversas partes del mundo. Concluye la primera división con la idea central a partir de la cual se desarrolla el libro, a saber, la comparación entre el mundo exterior (macrocosmos) y el hombre (microcosmos), ya insinuada por Platón .("Timaeus", 47b), y muy desarrollado por los enciclopedistas árabes conocidos como "los hermanos de la sinceridad ", por quienes José fue muy influenciado.

Las concepciones de las verdades superiores deben ser alcanzadas por el hombre a través del estudio de sí mismo, quien resume en su propio ser el mundo exterior. José, por tanto, dedica la segunda división de su obra al estudio del hombre físico y psicológico. No hay nada en el mundo, sostiene, que no encuentre un paralelo en el hombre. En él se encuentran los cuatro elementos y sus características; porque pasa del calor al frío, de la humedad a la sequedad. Participa de la naturaleza de los minerales, vegetales y animales: nace y deja de ser como los minerales; se nutre y se reproduce como las plantas; tiene sentimiento y vida como los animales. Además, presenta analogías con las características de las cosas: su figura erguida se parece a la del terebinto; su pelo, hierba y vegetación; sus venas y arterias, ríos y canales; y sus huesos, los montes. De hecho, posee las características de los animales: es valiente como un león, tímido como una liebre, paciente como un cordero y astuto como un zorro.

De lo físico, José pasa a ocuparse del hombre psíquico. El hombre, dice, está compuesto de tres almas, vegetativa, animal y racional. De éstos, el alma racional es la más alta en calidad: es de una sustancia espiritual; y sus accidentes son igualmente espirituales, como, por ejemplo, la concepción, la justicia, la benevolencia, etc. La imbecilidad, la injusticia, la malicia, etc., no son accidentes, sino negaciones de los accidentes de la concepción, la justicia y la benevolencia. Así, del conocimiento de su ser físico, el hombre deriva su concepción del mundo material; de la de su alma adquiere su concepción del mundo espiritual; y ambos conducen al conocimiento del Creador.