En la antigua religión romana y el mito , Jano ( / dʒ eɪ n ə s / JAY -nəs ; América : Janus [ˈI̯aːnʊs] ) es el dios de los comienzos, las puertas, las transiciones, el tiempo, la dualidad, las puertas, [1] pasajes, marcos y finales. Por lo general, se lo representa con dos caras. Se piensa convencionalmente que el mes de enero lleva el nombre de Jano ( Ianuarius ), [2] pero según los almanaques de los antiguos agricultores romanos, Juno era la deidad tutelar del mes. [3]
Janus presidió el comienzo y el final del conflicto y, por lo tanto, la guerra y la paz. Las puertas de un edificio en Roma que lleva su nombre (no un templo, como se le llama a menudo, sino un recinto abierto con puertas en cada extremo) se abrieron en tiempo de guerra y se cerraron para marcar la llegada de la paz. Como dios de las transiciones, tenía funciones relacionadas con el nacimiento y los viajes y el intercambio, y en su asociación con Portunus , un puerto y un dios de entrada similar, se preocupaba por los viajes, el comercio y el envío.
Janus no tenía asignado ningún flamen o sacerdote especializado ( sacerdos ) , pero el mismo Rey de los Ritos Sagrados ( rex sacrorum ) realizaba sus ceremonias. Janus tuvo una presencia omnipresente en las ceremonias religiosas durante todo el año. Como tal, Jano fue invocado ritualmente al comienzo de cada ceremonia, independientemente de la deidad principal honrada en una ocasión particular. [ cita requerida ]
Los antiguos griegos no tenían equivalente a Jano, a quien los romanos afirmaban como distintivamente suyo. [ cita requerida ]
El nombre del dios Iānus , que en latín significa 'pasaje arqueado, entrada', proviene del proto-itálico * iānu ('puerta'), en última instancia del protoindoeuropeo * ieh₂nu ('pasaje'). Está relacionado con el sánscrito yāti ('ir, viajar'), el lituano jóti ('ir, montar') o el serbocroata jàhati ('montar'). [4] [5]
Iānus sería entonces un nombre de acción que expresa la idea de ir, pasar, formado en la raíz * yā- <* y-eð 2 - tema II de la raíz * ey- ir de donde eō, ειμι. [6] Otros eruditos modernos objetan una etimología indoeuropea, ya sea de Dianus o de la raíz * yā-. [7]